El coco que no deja dormir a los líderes: la mala comunicación en sus equipos

Decir “mi equipo no funciona” es una conclusión fácil. Lo complejo es reconocer que ese problema muchas veces nace no de las tareas, sino de cómo, cuándo y por qué se comunican.

Ese fantasma invisible —ese coco silencioso que los líderes sienten en las noches— es la mala comunicación.

Y no es paranoia: la investigación lo confirma.

Un estudio reciente en Frontiers in Psychology (Geisler, Buratti & Allwood, 2019) identificó que empleados que reprimen sus emociones o rumian mentalmente aspectos del trabajo fuera del horario presentan mayores niveles de agotamiento y desconexión. Esa energía mal canalizada impacta no solo al individuo, sino al clima y al equipo entero.

Por otro lado, una investigación del International Journal of Environmental Research and Public Health (Jónsdóttir et al., 2020) muestra que los líderes que practican escucha activa y empática fomentan un compromiso laboral más fuerte en sus colaboradores. Ese liderazgo emocional reduce el “ruido” en la comunicación.

En Edutegia® lo vemos: muchos líderes llegan a dormir con ese coco en la cabeza porque no se dan cuenta de que los malos mensajes, las omisiones emocionales y la falta de conexión son lo que más pesa.

🧨 Señales de que ese “coco” ya está afectando a tu equipo

  • Frases como “no me dijeron”, “no entendí nada” o “yo creí que…” aparecen con frecuencia.
  • Los colaboradores cumplen tareas pero sin motivación ni sentido.
  • Silencios incómodos en reuniones, debates que mueren rápido, ideas que no surgen.
  • Feedback inexistente o solo en momentos críticos.
  • Clima emocional pesado, tensiones no resueltas o personas que “se alejan” mentalmente.

🧩 Las zonas donde la mala comunicación se esconde

1. Canales inapropiados

A veces usamos canales que no son los adecuados para ciertos mensajes. Por ejemplo, mandar un correo para tratar un tema delicado, o escribir un texto larguísimo por WhatsApp, puede hacer que se malinterprete el mensaje. Cada medio tiene su nivel de “riqueza” emocional: algunos permiten ver gestos, tonos y emociones, y otros no. Elegir mal el canal puede distorsionar lo que queremos decir.

2. Mensajes sin contexto humano

Comunicar sin considerar cómo se siente la otra persona suele generar resistencia, malentendidos o retraimiento. Un líder que solo habla “datos” pero ignora emociones está sembrando grietas.

3. Faltas de retroalimentación constructiva

Si cada comentario se convierte en un reproche impulsivo, sin estructura ni sensibilidad, tu equipo entrará en modo defensivo. Por ejemplo, criticar a alguien frente al grupo puede afectar gravemente su motivación y reducir el rendimiento general del equipo de forma significativa, según reporta el medio especializado Pyou.

4. Desconexión entre lo que dices y lo que haces

Cuando tus promesas, valores o conductas no coinciden con lo que comunicas, la credibilidad se rompe. Tu equipo “oye” tu incongruencia más que tus palabras.

✅ Cómo empezar a acallar ese coco

Hay muchas formas de mejorar, pero estas cinco estrategias son el punto de partida más efectivo:

🟪 1. Haz check-ins emocionales

Comienza tus reuniones preguntando: “¿Cómo llegaste hoy?” o “¿Hay algo que te gustaría compartir antes de empezar?”. Esta simple práctica permite conocer el estado emocional del equipo, humaniza la jornada y evita malentendidos que surgen por suposiciones.

🟪 2. Verifica comprensión activa

No des por hecho que todo quedó claro. Pide a los colaboradores que repitan con sus propias palabras lo acordado: “¿Cómo entendiste la tarea?”, “¿Qué necesitas para avanzar con eso?”. Así evitas confusiones que se arrastran por días.

🟪 3. Da retroalimentación constante y constructiva

No esperes una crisis para hablar. Integra momentos breves de feedback en el día a día. Un “hoy te vi muy conectado en la reunión, gracias” puede fortalecer el vínculo. Y si hay algo por corregir, usa frases como “¿Te puedo dar una sugerencia?” en lugar de atacar directamente.

🟪 4. Elige el canal adecuado según el mensaje

Si es un asunto complejo o sensible, no lo mandes por WhatsApp. Usa canales como reuniones presenciales, videollamadas o llamadas, donde puedas transmitir emociones, aclarar dudas y observar reacciones.

🟪 5. Practica la escucha empática de verdad

Cuando escuches, no interrumpas, no pienses en responder. Solo escucha. Haz contacto visual, asiente, repite frases clave que te hayan dicho. Y si no estás de acuerdo, valida la emoción antes de argumentar: “Entiendo que esto te frustra, hablemos de cómo mejorarlo”.

Si quieres profundizar en estas habilidades comunicativas, puedes explorar nuestros programas de habilidades blandas para PYMES, o integrar herramientas emocionales en tu empresa a través del programa de bienestar empresarial.


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Este artículo fue creado por el área de Marketing de Edutegia®, con apoyo de Chat GPT, parte de nuestro combo edutegico.

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ANITA PÉREZ

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