Te cuento un chisme de esos que todos conocemos: resulta que hay empresas donde las reuniones son como el café… se programan para todo, aunque nadie las necesite tanto. 😅
Que si la reunión para “alinearnos” (pero no pasa nada), la de “revisión de pendientes” (que ya están en el correo), la de “seguimiento del seguimiento”… ¡ay, Dios mío! Uno acaba la semana con dolor de espalda, mil tareas sin hacer y la sensación de que no trabajó, pero tampoco descansó.
Y lo peor es que no es por mala intención, sino porque muchas veces confundimos “trabajar juntos” con “reunirse mucho”.
Así que aquí va nuestro chisme útil: trabajo en equipo no es sinónimo de agendar Zooms eternos.
¿Entonces qué sí construye un buen equipo?
Pues lo que realmente suma a un equipo no es cuántas veces se vean en pantalla, sino cómo se escuchan, cómo se organizan y cómo se respetan.
Y ojo, no estamos diciendo que las reuniones sean el diablo. Al contrario: cuando se hacen bien, salvan la vida de un proyecto.
Pero cuando se hacen por costumbre, pueden matar la motivación y la productividad.
Señales de que ya se les fue la mano con las reuniones:
- Si al menos una vez al día alguien dice: “¿Esto no lo podíamos resolver por correo?”
- Si terminas una reunión con más tareas, más dudas… y menos ganas.
- Si se habla más de lo que se decide.
- Si hay reuniones para organizar otras reuniones.
- Si nadie toma nota ni hace seguimiento después (y todo queda en “lo que dijimos”).
Entonces, ¿cómo trabajar juntos sin tanta reunión?
- Define para qué es cada espacio. No toda conversación necesita cita formal. A veces, un mensaje claro y amable es más eficiente.
- Pon límites de tiempo y personas. Si la reunión es para tomar decisiones, no invites a todo el grupo solo para “que estén enterados”. 🙃
- Fomenta canales alternativos. Herramientas como Notion, Slack, Google Docs bien organizados… pueden ser mejores aliados que una hora de Zoom con cámara apagada.
- Empodera a tu equipo para avanzar sin permiso para todo. Si nadie puede actuar sin una reunión, el problema no es de tiempo: es de confianza.
Cierre sin moralazo: solo verdad
La colaboración no se mide en horas conectados, sino en resultados compartidos.
Y los equipos sanos son los que saben cuándo hablar, cuándo escuchar, y cuándo simplemente… dejar trabajar.
Así que ya sabes: menos juntas, más sentido común.
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Este artículo fue creado por el área de Marketing de Edutegia®, con apoyo de Chat GPT, parte de nuestro combo edutegico.
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